En plena Naturaleza, el poder observar tan cerca a estos soberbios animales, resulta practicamente imposible. En esta ocasión las dificultades añadidas, vinieron por el estado de intranquilidad que tenían los animales, debido a la presencia de cazadores furtivos en la zona la noche anterior a nuestra visita.
Daniel, el responsable de los lobos, nos explicó la situación que provocaba el recelo de los animales que no se dejaban ver y ni siquiera acudían a la comida que se les ofreció. A última hora de la mañana, finalmente pudimos tomar las tan deseadas fotografías.
Señalar que solamente una vez al año y para 20 fotógrafos, se permite el acceso al amplio recinto donde viven libremente la manada de lobos ibéricos. Acudieron fotógrafos de muchas zonas de España ya que la actividad resulta muy singular y atractiva.